sábado, 29 de mayo de 2010

Art.



- A veces… a veces tengo miedo de tomar las decisiones equivocadas
- ¿Por qué piensas eso?
- No sé, ¿por qué soy humano, tal vez? – preguntó retóricamente – una persona siempre convive con sus miedos, aunque no los exteriorice. Alguien que teme a algo insignificante no lo diría abiertamente, una persona que teme a alguien no lo diría abiertamente. Yo… soy de esas personas que le tienen miedo al error, las que tienen miedo a equivocarse porque temen que alguien les hará daño, tienen miedo a hacerse daño…

La pintora suspiró ante los temores amorosos y existenciales de su amigo fotógrafo. Dejó el pincel que estaba limpiando dentro de su bote y lo encaró con sus comprensivos ojos negros.

- La vida… la vida es como un cuadro inacabado, Jude – comenzó a explicar – es como un cuadro inacabado, y nosotros somos la paleta de colores. Para hacer un cuadro se necesita tiempo, dedicación, técnica y mucha paciencia. El color es la base de todo cuadro, y nosotros decidimos que colores darle al cuadro. Si queremos un cuadro sombrío y triste, que exprese duda e inseguridad, solo lo pintaríamos de colores fríos, ásperos y sin vida; si quieres un cuadro alegre, optimista y vivaz usarás obviamente todos los colores opuestos a los anteriores.

En muchos momentos probablemente se te ocurriría mezclar colores. ¡Qué osadía!, ¡mezclar colores!, pero… ¿a qué queda genial ese tono de rojo que acabas de encontrar por casualidad en la paleta con aquel azul ya pintado anteriormente?, tal vez pueda cambiar esa franja gris que ya había antes también… ¿y si añadimos agua?, se podría utilizar la técnica de las acuarelas, porque ahora que lo pienso, el óleo es muy sobrio para este cuadro… creo… creo que lo haré de nuevo. ¿Tú qué opinas?, ¿no te gusta?, pues yo creo que lo empezaré de nuevo. Si si, de nuevo. ¿Por qué?, es que creo que acabo de encontrar el color perfecto…

viernes, 14 de mayo de 2010

Dissapear.



- A veces no tienes una sensación parecida como… ¿querer desaparecer?
- ¿Desaparecer?
- Sí, desaparecer, me pasa muy a menudo. Dejar de existir, de pensar, de funcionar por unos instantes. Ir al baño, abrir ambos grifos de la bañera al máximo, dejar que se llene hasta arriba, meterme en ella así, con ropa, sin más, y hundirme totalmente en el agua aguantando la respiración
- Es un pensamiento algo suicida
- ¿Suicida? – lo miró -. Suicida sería solo abrir el grifo del agua fría, desnudarme y enfermarme de hipotermia. Suicida sería amarrarme un bloque al cuello para no poder salir del agua. Suicida sería cortarme las muñecas mientras el agua tibia me envuelve, durmiendome
- Y porqué... - preguntó algo dudoso -. ¿esa sensación?
- Sinceramente, no lo sé. Supongo que llega un momento que te cansas de buscar atención. Te cansas de la desesperación
- Pero haciendo eso no llegas a nada

Ella desvió la mirada, fijando la vista en un punto perdido del suelo.

- Un momento de tranquilidad, tal vez
- Es extraño, muy extraño…
- Digamos que es una bonita forma de autodestrucción