jueves, 19 de septiembre de 2013

Primera cita.



- Aún no puedo creer que John Adams te invitara a salir, Claire. ¿Sabes lo que te van a envidiar esas arpías internas en planta?. No puedo esperar a ver sus caras.
- No te hagas ilusiones todavía Andrew, solo me ha invitado a cenar.
- Claro, pero ya sabes que significa eso. - Me dijo mientras se acomodaba mejor en mi cama y observaba como revolvía el armario. - Después de la cena te invitará a tomar una copa, después de esa copa te invitara a su casa para tomar juntos y en un lugar más tranquilo la última, te subirá en su resplandeciente Audi y te llevará a su casa donde acabarás comiendole la boca y teniendo el mejor polvo de tu vida.

Acabé soltando una carcajada al oír la última frase.

- Lo siento, pero mi nueva yo no folla hasta la tercera cita. - le dije.
- Pero sigue siendo tan ordinaria como "tu antigua yo".

Me giré para mirarle y me mordí el labio pensativa, Atenea estaba acomodada a su lado y él le rescaba las orejas con cariño.

- ¿Crees que he hecho bien en decirle que sí?.
- Estamos hablando de John, cariño. Hasta yo le diría que sí si me pidiera una cita.
- Pero Andrew, le he dado plantón a Christian por salir con él. No sé si he hecho bien.
- ¿Qué le dijiste a Christian?.

Volví a centrar mi atención en el armario. Normalmente cuando tenía una encrucijada sentimental como ésta lo mejor que podía hacer era hacer cualquier cosa banal.

- Le dije que no me había acordado de que ésta noche tenía otros planes y que podríamos quedar otra vez cuando le viniera bien.

Noté como mi amigo se daba un golpe en la frente, como si con su gesto quisiera expresar mi metedura de pata.

- Manejando sentimientos eres tan delicada como si atropellaras a un animal Claire.
- ¿La he cagado verdad?. - pregunté mientras cogía la percha que estaba buscando.
- Si te hablo desde la experiencia seguramente le hayas roto el corazón y se deprima durante varios días.
- Estamos hablando de un forense Andrew, no de tí. - Volví a girarme con el vestido que estaba buscando en las manos. - ¿Crees que se habrá enfadado?.
- Exactamente no lo sé cariño, pero lo más probable es que esté disgustado.

Bajé la mirada y la clavé en mis manos que sostenían la percha. Aún parecían las manos de una desconocida, repentinamente cuidadas y con las uñas pintadas, al igual que los pies.

- ¡Pero ahora no puedes deprimirte por eso! - me sacó Andrew de mis pensamientos de repente. - Tienes una cita con el médico mas sexy de todo el hospital, ¡y tienes que estar a la altura, pelirroja!.

El mote me hizo sonreír.

- ¡Sí joder!, ¡tengo una cita con John y voy a estar increíble y voy a acabar follándomelo!.
- Y por ahí se marcha la chica decente de la que me sentía orgulloso. - dijo mi amigo entre carcajadas.

Cuando puse el vestido sobre la cama, mucho más animada, Andrew me miró como cuando robaba el paracetamol caducado del carrito de farmacia. 

- No vas a ponerte eso. - Me dijo con el semblante serio.
- ¿Por qué no?, ¿qué tiene de malo?.
- ¡Por Dios Claire! - el rápido movimiento que hizo con los brazos hizo que Atenea se levantara asustada. - ¡No vas a ponerte el mismo traje que usaste para la maldita graduación de medicina!.


martes, 10 de septiembre de 2013

Monstruos.



- ¿Siempre has vivido así?, ¿teniendo alucinaciones?.

La pregunta no molestó a Will en lo más mínimo.

- Sí. - contestó de forma automática. - Desde que vivía con mi abuela recuerdo tenerlas.

Kacey se acomodó mejor en el sofá, doblando su pierna derecha, y se acercó otro puñado de fideos chinos a la boca. El exorcista envidió por un momento su habilidad con los palillos.

- ¿Y qué es lo que ves?. - preguntó ella.

En principio no supo como contestarle. Tal vez porque nunca comprendió del todo el por qué de sus ilusiones, tal vez porque nunca le habían hecho esa pregunta. Jugueteó con su arroz tres delicias usando el tenedor, pensativo, mientras la chica le observaba expectante con un brillo de curiosidad en sus ojos azules.

- Normalmente veo la forma en la que las criaturas intentan esconderse.
- ¿Ves la forma original de los demonios?, ¿y de los vampiros?.
- Sí. También veo oscuridad y luz, demasiada luz. No logro diferenciar si algo está pasando de verdad, a veces camino sonámbulo por todo el edificio. Es incómodo porque no hay un patrón, la mayor parte del tiempo siento como que en realidad no estoy aquí, o me siento como un títere.

Kacey siguió mirándole fijamente, esperándo más, esperando a una explicación mejor.

- Veo demasiados monstruos. - Terminó por decir Will.

La chica esbozó una sonrisa comprensiva.

- Yo no tengo miedo de los monstruos.

Entonces Will le correpondió la sonrisa, pero la suya no era tan alentadora, ni iba acompañada con un brillo en las pupilas.

- Eso es que nunca has visto uno de verdad.