martes, 10 de septiembre de 2013

Monstruos.



- ¿Siempre has vivido así?, ¿teniendo alucinaciones?.

La pregunta no molestó a Will en lo más mínimo.

- Sí. - contestó de forma automática. - Desde que vivía con mi abuela recuerdo tenerlas.

Kacey se acomodó mejor en el sofá, doblando su pierna derecha, y se acercó otro puñado de fideos chinos a la boca. El exorcista envidió por un momento su habilidad con los palillos.

- ¿Y qué es lo que ves?. - preguntó ella.

En principio no supo como contestarle. Tal vez porque nunca comprendió del todo el por qué de sus ilusiones, tal vez porque nunca le habían hecho esa pregunta. Jugueteó con su arroz tres delicias usando el tenedor, pensativo, mientras la chica le observaba expectante con un brillo de curiosidad en sus ojos azules.

- Normalmente veo la forma en la que las criaturas intentan esconderse.
- ¿Ves la forma original de los demonios?, ¿y de los vampiros?.
- Sí. También veo oscuridad y luz, demasiada luz. No logro diferenciar si algo está pasando de verdad, a veces camino sonámbulo por todo el edificio. Es incómodo porque no hay un patrón, la mayor parte del tiempo siento como que en realidad no estoy aquí, o me siento como un títere.

Kacey siguió mirándole fijamente, esperándo más, esperando a una explicación mejor.

- Veo demasiados monstruos. - Terminó por decir Will.

La chica esbozó una sonrisa comprensiva.

- Yo no tengo miedo de los monstruos.

Entonces Will le correpondió la sonrisa, pero la suya no era tan alentadora, ni iba acompañada con un brillo en las pupilas.

- Eso es que nunca has visto uno de verdad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario