lunes, 16 de abril de 2012

Alone.



Una de las realidades que más me ponía de los nervios, era que iba a acabar sola.


Ya me lo advitió mi madre: "Si no te pones más guapa nunca encontrarás novio". Tambien Andrew  me advertía que "si no disfrutaba un poco más de la vida ningún tío se fijaría en mí". Mi perra continuamente me mira con desdén y me dice que "si no sales de esta vida asquerosa que llevas, acabarás sola y amargada y rodeada de los pelos que te deje en las esquinas". O eso es lo que parece que me dice.


El simple pensamiento de que estaré sola el resto de mi vida me hace amargarme aún más. Esas tardes melancólicas que paso hundida en el sofá haciendo zapping acompañada de un rico paquete de cacahuetes, como esta misma, son debido a esa dificultad de que ningún sujeto masculino quiera acercarse a mí a menos de diez metros.


En tardes como estas solo me dan ganas de beber cerveza a reventar. Pero uno de mis objetivos de la lista es perder peso. Así que solo podré comer cachuetes salados hasta que el carraspeo sea insostenible.